Otro momento inolvidable fue cuando los soldados lograron desactivar un dron enemigo en pleno vuelo utilizando únicamente el equipo de interferencia que les habíamos entregado la semana anterior. "Estaba flotando sobre nosotros", relató un defensor, "y entonces... ¡bam! Cayó, como un pájaro que pierde sus alas". Se rieron mientras nos mostraban los restos, símbolo de su ingenio y de la importancia de contar con las herramientas adecuadas.
Luego, un soldado compartió lo sucedido justo después de tomar un lugar estratégico. En medio del caos, los soldados tropezaron con un viejo piano en un edificio bombardeado. A pesar de las teclas faltantes y de años de abandono, un soldado logró tocar algunas melodías reconocibles. “Estaba desafinado y estábamos agotados”, dijo, riendo, “pero durante cinco minutos sentí que el mundo volvía a ser normal”. Su concierto improvisado proporcionó a la unidad un momento de tranquilidad antes de regresar a su misión.
Una historia en particular dejó a todos asombrados. Mientras avanzaban por territorio en disputa en Humvees, los soldados entraron sin saberlo en un campo de minas. Se dieron cuenta del peligro solo cuando una de las minas detonó cerca de uno de sus vehículos, enviando ondas de choque a través del convoy. En lugar de entrar en pánico, confiaron en su entrenamiento y en la durabilidad de sus Humvees para navegar por el terreno peligroso. “Podías escuchar las explosiones y sentir el suelo temblar bajo nosotros”, relató un soldado. “Pero todos se mantuvieron concentrados, gritando direcciones y guiándose mutuamente hacia la seguridad.” Las minas continuaron detonando a su alrededor mientras maniobraban cuidadosamente fuera de la zona de peligro, evitando milagrosamente lesiones. Para cuando regresaron a salvo, estaban conmocionados pero vivos, llenos de gratitud por el trabajo en equipo y la protección que sus vehículos proporcionaron. “Fue como recibir una segunda vida”, dijo el comandante. “Y no íbamos a desperdiciarla”. Esa misma mañana, mientras el equipo procesaba los angustiosos eventos de la noche, Rima llegó a Sumy para encontrarse con ellos. Su llegada trajo no solo suministros esenciales sino también el aliento tan necesario. “Verla allí como representante de UAO, una organización internacional de voluntarios, fue un recordatorio de que no estamos solos”, compartió un soldado. “Nos dio fuerzas para seguir adelante.”
Una historia más pequeña pero aún hermosa provino de una unidad que logró rescatar a un perro abandonado en un pueblo abandonado. El perro, hambriento y asustado, lo siguió y rápidamente se convirtió en la mascota de la unidad. Le pusieron nombre y se turnaron para alimentarlo y mantenerlo seguro entre operaciones. "¡Él es uno de nosotros ahora!" dijo un soldado, sonriendo mientras el perro se sentaba fielmente a su lado.
Momentos así, mezclas de humor y triunfo, reflejan la humanidad y el espíritu de los defensores de Ucrania. Nos recuerdan que incluso en medio de los desafíos de la guerra, estos soldados tienen un profundo sentido de orgullo y determinación, y luchan no sólo por la soberanía de Ucrania sino por su futuro. Apoyar su misión y escuchar sus historias nos recuerda la importancia de acompañarlos en cada paso del camino.
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